Esófago de Barrett y riesgo de adenocarcinoma esofágico.

9 de noviembre de 2013 • Noticias del editor, Noticias MédicasLeer más »

Los hombres mayores de 50 años de raza blanca y con sobrepeso tienen un mayor riesgo de padecer un esófago de BarrettEl esófago de Barrett es una complicación de la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) y es un claro factor predisponente al desarrollo de adenocarcinoma esofágico, un tumor que  ha incrementado su incidencia más de 7 veces en los últimos años. No obstante sigue existiendo una importante controversia en su manejo clínico y endoscópico así como en el tratamiento que se debe de realizar en cada caso. La prevención, con la identificación de los pacientes con mayores factores de riesgo, en los que estarían justificadas mejores estrategias de diagnóstico precoz, debe de jugar un importante papel en próximos años.

Muchos ha sido los intentos para poner orden en este “caos”. Así, se ha publicado en el JAMA (The Journal of the American Medical Associattion) una revisión del Dr. S.J. Spechler (Jefe de Gastroenterología y profesor de la Universidad de Texas), que recopila todo lo publicado en dos de los portales médicos más influyentes: el Medline y la Cochrane Library.

Sus conclusiones son bien claras:

– Queda plenamente establecido que los factores de riesgo para padecer un esófago de Barrett son el reflujo gastroesofágico crónico (ácido y/o biliar), la hernia hiatal, la edad avanzada, el sexo masculino, la raza blanca, el tabaquismo y la obesidad.

– No erradicar el Helicobacter Pylori puede ser un factor protector para el esófago de Barrett, ya que esta bacteria produce una gastritis crónica que disminuye la secreción de ácido mejorando por tanto el reflujo.

– En estos pacientes, sobre todos en los que concurren varios factores de riesgo, estaría indicado un estudio endoscópico, independientemente de la intensidad de los síntomas.

La pHmetría puede contribuir al manejo de estos pacientes indicándonos si están controlados con el tratamiento que están haciendo.

– El riesgo anual de cáncer de esófago es aproximadamente 0,25% en los pacientes sin displasia y el 6% de los pacientes con displasia de alto grado.

– Para los pacientes con esófago de Barrett sin displasia, se recomienda la vigilancia endoscópica a intervalos de 3 a 5 años. En estos casos la ERGE se trata como en los pacientes sin esófago de Barrett (medicación IBP o cirugía del reflujo, según los casos), no estando recomendada la ablación endoscópica del Barrett.

– Para los pacientes con displasia de bajo y alto grado, el seguimiento debe de ser más estrecho. La terapia de erradicación endoscópica con ablación por radiofrecuencia reduce significativamente la frecuencia de progresión al cáncer en pacientes con displasia de alto grado y es una opción a tener en cuenta para la displasia de bajo grado. 

– Aunque siempre se ha postulado que la cirugía es más eficaz para controlar la evolución a esófago de Barrett y la progresión de la displasia, ya que no solo controlan el reflujo ácido sino también el biliar, estudios de alta calidad no han encontrado diferencias significativas en la incidencia de cáncer en los pacientes con esófago de Barrett cuya ERGE ha sido tratada médica o quirúrgicamente.