Microbiota intestinal

Introducción

La microbiota intestinal humana, compuesta por una comunidad de unas 1014 bacterias, se considera cada vez más como otro órgano o sistema diferenciado. Esta población bacteriana desempeña un gran papel en la inmunidad, digestión, metabolismo, inflamación y proliferación celular, y es capaz no solo de comunicarse con el epitelio intestinal, sino también con otros órganos y sistemas distantes como son el cerebro y el aparato locomotor.

El estudio de la microbiota intestinal abre una puerta al conocimiento de múltiples enfermedades, sobre todo las llamadas funcionales, siendo el microbioma (los genes y genomas de los gérmenes dominantes) el principal caballo de batalla de los investigadores. Tambén es cada vez es más reconocido por la clase médica el llamado eje: microbiota-intestino-cerebro

Las intolerancias alimentarias, determinados procesos alérgicos, enfermedad inflamatoria intestinal crónica (EIIC), síndrome de intestino irritable (SII), obesidad y síndrome metabólico, síndrome depresivo, etc. podrían tener muchas veces un nexo común con las alteraciones de la microbiota intestinal y la interacción  anómala que el organismo podría tener con ésta.

 

El microbioma humano

El proyecto microbioma humano culminó en 2012 con un estudio en el que se tomaron muestras de más de 300 individuos sanos en Estados Unidos y 600 pacientes sanos , obesos y con EIIC en Europa, identificándose más de 3 millones de genes bacterianos. El estudio muestra que cada ser humano tiene un microbioma especial y diferenciado, compartiendo un núcleo común con 3 géneros o enterotipos bacterianos más desarrollados: Bacteroides, Prevotella y Ruminococcus.

La adquisición de estas poblaciones y su desarrollo durante los 3 primeros años de vida, parece jugar un papel muy importante para el resto de la existencia. Así desde el nacimiento las bacterias intestinales son comensales esenciales para el desarrollo de muchas de las funciones intestinales y sobre todo para la creación, tras la interración con los alimentos, factores genéticos y ambientales, de la respuesta inmune innata y posteriormente la adaptativa, que influirá de forma decisiva en la salud digestiva a lo largo de toda la vida. La biodiversidad bacteriana creada en estos primeros años de la vida, será una de las principales claves para el desarrollo de una buena respuesta inmune y por tanto ausencia de enfermedad.

 

El eje microbiota-intestino-cerebro

Parece una realidad demostrada, ya que existen mecanismos inmunes, hormonales y neuronales que hacen posible esta interacción bi y tridireccional, desarrollándose mecanismos de biofeedback en su regulación. Así, muchos de los trastornos gastrointestinales funcionales, la obesidad y diabetes, la ansiedad y depresión, e incluso para algunos autores el autismo, se creen que están producidos por un mal funcionamiento de este eje.

El stress puede influir en la motilidad intestinal y por tanto en la microbiota, secreciones intestinales y microinflamación mucosa. La microbiota también parece que puede afectar al desarrollo cerebral ya que puede influir en los circuitos neuronales implicados en el control motor y emocional y en el desarrollo de neurotransmisores aberrantes como la serotonina, difíciles de restaurar  con posterioridad.

Los umbrales de sensibilidad y por tanto el dolor y la respuesta anómala a este también podrían estar mediado por la interrelación de los distintos órganos que forman este eje.

 

Microbiota y obesidad

Los trastornos metabólicos, y sobre todo la obesidad y diabetes tipo II, parecen guardar una importante interrelación con la microbiota y microinflamación intestinal, ya que podría alterar la homeostasis de la glucosa, sensibilidad a la leptina (hormona reguladora del depósito graso) y la absorción de alimentos.

Ya existen ensayos en este sentido, buscando alternativos al tratamiento del sobrepeso con pre y probióticos, ya que se sabe que una baja diversidad microbiana intestinal es un factor predictivo de mal pronostico en el tratamiento dietético de la obesidad.

 

El uso de probióticos, Rifaximina y tratamiento dietéticos

A nivel del intestino delgado la microbiota suele ser pobre y formada sobre todo por Bacteroides, Eschcerichia y Clostridium. Inundar el intestino delgado con Lactobacillus parece una medida útil en el tratamiento del sobrecrecimiento bacteriano (SIBO) y SII, estando actualmente en estudio cuales son las cepas más beneficiosas dependiendo del subtipo de enfermedad que domine.

la Rifaximina, un antibiótico no absorbible aprobado para su uso en diverticulosis intestinal y encefalopatía hepática, es también especialmente útil en el sobrecrecimiento bacteriano y en algunas formas de intestino irritable, e incluso estreñimiento crónico refractario.

Estos efectos beneficiosos parecen incluir una mejoría de la interrelación intestino-cerebro y una mejora de la motilidad intestinal y sensibilidad visceral.

 

El transplante de microbiota

Este tipo de actuación ha ganado en las últimos años gran popularidad, sobre todo para el tratamiento de la colitis pseudomembranosa producida por el Clostridium dificille resistente a antibióticos y que produce infecciones recurrentes, estando aprobado por el Colegio Americano de Gastroenterología, ya que logra la curación en casi el 90% de estos pacientes.

Actualmente existen ensayos en el tratamiento de la obesidad y en otras enfermedades intestinales, siendo las bacterias intestinales que podrían reportar más beneficios los Lactobacillus reuteri, Stafilococcus warneri, Enterococo hirae, Anaerostipes, Bacteroidetes y Enterorhabdus.

 

El futuro aún está por escribir

A pesar de estos increíbles avances, realizados en los últimos años con un gran esfuerzo por parte de la comunidad científica, queda aún mucho camino por recorrer. Aunque afortunadamente los pilares son sólidos y construir encima será solo cuestión de un poco más de tiempo.

 

 

– Texto principal extraido de: «Hot topics in gut microbiota. Joël Doré, Magnus Simren, Lisa Buttle, Francisco Guarner. United European Gastroenterology Journal. Octubre 2013; 1(5): 311-318.»

– Cuadro de eje microbiota-intestino-cerebro extraido de: «Mind-altering microorganisms: the impact of the gut microbiota on brain and behaviour. Cryan JF and Dinan TG. Nature Rev Neuroscience 2012; 13: 701–712″

  

 

lactobacillusMicrobiota instestinal es el conjunto de bacterias que viven habitualmente en el intestino humano, siendo la mayoría de ellas beneficiosas, participando activamente en muchos de los procesos fisiológicos.

 

 

Video promocional de la United European Gastroenterology (UEG) y European Society of Neurogastroenterology and Motility (ESNM), para concienciar del papel de la microbiota intestinal en determinadas enfermedades

 

 

 Eje microbiota-intestino-cerebroCuadro que muestra la relación eje microbiota-intestino-cerebro (click para aumentar)

 

 

Botero

La obesidad podría estar favorecida por una disfunción de la microbiota intestinal

 

 

La Rifaximina, un antibiótico de amplio especto no absorvible, y los probióticos, como los Lactobacillus Plantarum y Reuteri, son útiles en el tratamiento del sobrecrecimiento bacteriano.El uso de probióticos y antibióticos no absorvibles podrían ser la base de tratamiento de muchos de estos trastornos