¿Tienen los estrógenos un papel relevante en el Síndrome de Intestino Irritable?

22 de marzo de 2014 • Noticias del editor, Noticias MédicasLeer más »

Ovarios

Es bien conocido que esta enfermedad tiene un claro predominio femenino y que en las situaciones en las que se producen cambios en los  niveles hormonales como son el ciclo menstrual, el embarazo, los tratamientos sustitutivos, la cirugía ovárica o la menopausia, influye en el desarrollo o intensidad de los síntomas.

Hoy recomendamos un reciente artículo de revisión que se publica este mes en la revista Mundial Journal Gastroenteology y que firma la doctora Agata Mulak, que desarrolla su labor científica en el Departamento de Gastroenterología y Hepatología de la Universidad de Wroclaw (Polonia). En este artículo se se analizan las evidencias del porqué las hormonas sexuales, sobre todo los estrógenos, pueden están implicados en el desarrollo del Síndrome de Intestino Irritable (SII).

Así se piensa que las señales bioquímicas hormonales pueden influir en el llamado eje microbiota-intestino-cerebro contribuyendo a alterar la motilidad y sensibilidad visceral (claramente implicadas en los síntomas del SII) además de  aumentar la permeabilidad intestinal y activar la respuesta inmunitaria de la mucosa intestinal (claramente alteradas, según las últimas investigaciones, en estos pacientes).

El mecanismo por el que se produce esta respuesta aún está en estudio pero se sabe que por ejemplo en el estress, frecuente desencadenante de los síntomas del SII, se produce una mayor respuesta en el eje hormonal de la mujer y sistema nervioso autónomo, posiblemente por que los estrógenos interaccionan con la serotonina, uno de los principales neurotransmisores intestinales, además de con los corticoides endógenos (fabricados en el organismo) que tienen un alto poder antiinflamatorio. Esto también explicaría porqué en la mujer existe una respuesta desigual a fármacos serotoninérgicos como los antidepresivos.

También se piensa que los estrógenos podrían modular en parte la microbiota, ya que estas hormonas influyen sobre el sistema inmune que continuamente interactua con la flora microbiana intestinal. Pero además los estrógenos se excretan por la bilis y una vez en el intestino se vuelven a absorber en el íleon terminal, completando el llamando círculo enterohepático y las bacterias son capaces de metabolizar estas hormonas en su paso por la luz intestinal, modificándolas. Lo mismo podría ocurrir con las hormonas sexuales masculinas, que podrían también estar implicadas en el desarrollo de la enfermedad cuando se produce un desequilibrio entre estas y los estrógenos.

El trabajo concluye con la reflexión de que un mejor estudio de estos mecanismos hormonales podría contribuir a un mejor tratamiento del SII, potenciando los antibióticos no absorbibles, probióticos, medicamentos neuromoduladores y agentes con capacidad antinflamatoria local, base actual del tratamiento de la enfermedad.