La electroestimulación tibial posterior es una técnica exenta de efectos secundarios relevantes y es bien tolerada prácticamente por todos los pacientes.
Consiste en aplicar, bien por electrodos parche (tránscutánea), bien por electrodos aguja (percutánea), corrientes eléctricas en el nervio tibial posterior que por vía retrógrada estimulará las raíces sacras, el nervio pudendo y por tanto todas las estructuras pélvicas.
Varios trabajos científicos publicados hasta la fecha han demostrado que es especialmente útil en el tratamiento de la incontinencia urinaria y fecal. También se han comunicado buenos resultados en algunas formas de dolor anorrectal crónico y en el estreñimiento crónico distal funcional.
En un trabajo publicado este mes en la revista International Journal of Colorectal Disease por el Dr Burcu Altunrende y colaboradores, se demuestra que también puede ser eficaz en el tratamiento de la fisura anal crónica refractaria a tratamiento médico.
Así, tras seleccionar a 10 pacientes de estas características, los autores les aplicaron tratamiento médico clásico combinado con electroestimulación transcutánea tibial posterior. En todos los pacientes a los 2 días de tratamiento había cesado el dolor anal y en un 60% a los 10 días aparecía una curación mucosa de la fisura.