La dieta baja en FODMAPs mejora el SII y la distensión abdominal funcional

23 de enero de 2015 • Noticias del editor, Noticias MédicasLeer más »

Existen varios estudios internacionales que demuestran las ventajas de una dieta baja en FODMAPs para controlar los síntomas en los pacientes con Síndrome de Intestino Irritable (SII), pero hasta la fecha no se había publicado ningún estudio español. De hay la importancia de un trabajo reciente publicado en la Revista Gastroenterología y Hepatología por el Dr. José Wálter Huamán et al, del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital General de Cataluña, en el que se estudiaron de forma prospectiva a pacientes con SII y distensión abdominal funcional, en los que se evaluó la eficacia de esta dieta para controlar los síntomas y el nivel de adherencia a ella en el tiempo, una vez demostrada la mejoría clínica.

FODMAPs es el acrónimo de: Fermentable Oligosaccharides, Disaccharides, Monosaccharides and Polyols. La dieta baja en FODMAPs es por tanto una dieta en la que se controla la ingesta de hidratos de carbono fermentables sencillos o de cadena corta (oligosacáridos, disacáridos como la lactosa y monosacáridos como la fructosa) así como polioles fermentables (como el sorbitol; y también manitol, maltitol y xilitol). La base de esta dieta reside en que este tipo de azúcares no se absorben al 100% en el intestino delgado (incluso en tolerantes individuales) por lo que muchos de estos FODMAPs llegan al colon donde las bacterias intestinales los fermentan produciendo gas, ácido láctico, aldéhidos, ácidos grasos y arrastre de agua por ósmosis, produciendo, cuando su cantidad es excesiva o existe hipersensibilidad visceral, los síntomas propios de estas patologías funcionales: movimientos intestinales, dolor cólico, distensión abdominal, meteorismo y alteraciones del ritmo intestinal con episodios de diarrea o estreñimiento.

En el estudio al que nos referimos se reclutaron un total de 30 pacientes que cumplían los criterios de Roma III para SII (tanto predominio diarrea como estreñimiento) y también se reclutó a pacientes que reunían criterios de distensión abdominal funcional. No se cogieron para el estudio a pacientes con posibilidad de padecer celiaquía, enfermedad inflamatoria intestinal, cirugía abdominal, ingesta previa de antibióticos o probióticos, sobrecrecimiento bacteriano, etc.

A todos los pacientes seleccionados se les realizó al principio del estudio un cuestionario de calidad de vida, otro de ansiedad-depresión y test de Hidrógeno espirado con lactosa, fructosa y lactulosa.

La dieta fue puesta por dos dietistas expertas que hicieron un seguimiento de ésta durante los dos meses del estudio, pautándose restricciones más estrictas de lactosa a los intolerantes a ésta durante el test de Hidrógeno espirado previo (50% del total de pacientes) y en fructosa a los que fueron positivos para este azúcar en el test también específico (70%).

Los resultados que se obtuvieron fueron una mejoría significativa en el 83% de pacientes con dolor abdominal, un 78% del flato, un 74% de la distensión abdominal, un 73% de la diarrea y un 50% del estreñimiento, concordando con los cálculos de otros estudios realizados con anterioridad a este en Reino Unido, Nueva Zelanda y Australia.

No existen claros factores predictivos de respuesta a la dieta (es decir no se puede saber antes de ponerla, por determinadas características de los pacientes, cual es el que mejor va a responder). Algunos estudios sugieren que la intolerancia a la fructosa y la ausencia de ansiedad o depresión se acompaña de una mejoría más notable. No obstante en este estudio no se ha podido comprobar este hecho con los valores recogidos por los autores.

La adherencia a la dieta se acompaño de una significativa mejoría, no solo por su mantenimiento sino porque los que más mejoran son los que más estrictamente la siguen. El porcentaje de adherencia fue en este estudio del 83%. Lo autores además piensan que en la adherencia influye decisivamente la experiencia del dietista y el seguimiento estrecho de los pacientes durante ésta (al menos durante los dos primeros meses).

Por lo tanto en pacientes con SII y distensión abdominal, una dieta baja en FODMAPs puede ser actualmente una buena alternativa de tratamiento que habrá que tener muy en cuenta, sobre todo en aquellos que con tratamientos «más clásicos» no mejoran.

 

Descárgate en pdf la dieta FODMAPs de NutriSSIa