La melatonina es una hormona presente en todos los animales superiores. Se fabrica sobre todo en la glándula pineal del cerebro y en menor medida en la retina e intestino. Ciertas plantas también contienen melatonina, extrayéndose de estas para usarla como medicamento.
Aunque se conoce desde hace muchos años que regula fundamentalmente el ritmo vigilia-sueño de los animales en base a la presencia o no de luz, muchas son las bondades las que se le ha ido atribuyendo a lo largo de los años, sobre todo la regulación del sueño en las situaciones de insomnio o jet-lag.
Pero también, aunque hacen falta más estudios, parece que puede mejorar ciertos tipos de cefalea, ansiedad, fibromialgia y síndrome de fatiga crónica, así como determinadas enfermedades neurológicas, inmunológicas o incluso tumorales.
Un último estudio liderado por el Departamento de Farmacología del Instituto de Neurociencias de la Facultad de Medicina de Granada, ha demostrado que esta hormona también podría ser útil en la obesidad. (enlace a la noticia)
Su uso en la enfermedades digestivas, sobre todo de índole funcional, aún está por definir, pero podría ser útil en el tratamiento alternativo del Síndrome de Intestino Irritable ya que parece que regula la motilidad intestinal (actuando sobre la recaptación de la serotonina y los canales del calcio celulares) y podría también mejorar la hipersensibilidad visceral, común en esta enfermedad.
Así hemos encontrado desde 2005 varios estudios publicados en tal sentido y de los que hemos seleccionado 7 enlaces que han quedado reseñados más abajo (5 de ellos se pueden consultar gratis a full-text)
Sin embargo esto no debe abrir una puerta a un uso indiscriminado de una hormona que, si bien podría tener grandes bondades, debe de usarse con cierta precaución en determinados pacientes (depresión, esquizofrenia, epilepsia e hipertensión arterial, así como en los que toman antidiabéticos orales, pacientes anticoagulados y aquellos con enfermedades autoinmunes) estando contraindicada en el embarazo y lactancia. En los niños su uso podría alterar el normal desarrollo, por lo que su uso debe estar restringido.
Bibliografía recomendada:
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