Dentro de la caótica producción electrónica mundial si dirigimos nuestra mirada hacia Australia es inevitable actualmente no pensar en Hugo Gruzman y James Lyell, un simbiótico dúo de DJ’s que desde el año 2009 forman Flight Facilities. Ambos músicos, aunque están casi dedicados en cuerpo y alma a la música de baile, son capaces de crear de vez en cuando parajes musicales de aguas cristalinas con tintes indie-pop, ideales para degustar tras una copiosa comida.

Clair de Lune es un claro ejemplo de ésto; una éterea melodía interpretada en su pulsión vocal por la musa neoyorkina Christine Hoberg que presta su delicada y timbrada voz para crear un ambiente único, poco conocido, ideal para la meditación y el reposo extremo….. música para la digestión.

Jonh Mayer es un músico excepcional ya que es capaz de unir juventud con madurez, virtud con concupiscencia, filantropía con pasión terrenal, técnica con improvisación….

Nacido hace 37 años en Connecticut, supo que quería ser músico cuando era todavía un niño, exactamente el día que escucho una cinta de Steve Ray Vaughan que le regalo un vecino suyo. Comenzó a tomar entonces lecciones de guitarra en una tienda de música cercana a su domicilio con el beneplácito de sus padres, unos jóvenes profesores de instituto, pero tal fue su obsesión por el instrumento que en varias ocasiones tuvieron que llevarlo a Psiquiatra.

Comenzó a tocar profesionalmente en bares tras su graduación, siendo su género musical inicial el góspel-rock; hasta que conoció a B.B. King, Eric Clapton y Buddy Guy, con los que comenzó a colaborar en 2005, lo que dio el empujón definitivo a su carrera musical dentro del género de los géneros: el blues.

John Mayer se convierte así en poco tiempo en uno de los grandes, vende discos sin ni siquiera proponérselo y realiza numerosas giras, rodeándose siempre de magníficos músicos y siendo reconocido por la crítica, destacando con tan solo 8 discos en el mercado, la escalofriante cifra de 15 nominaciones y 7 premios Grammy.

Hoy he seleccionado para escuchar un directo de Slow Dancing in a Burning Room, uno de sus mejores temas si buscamos el «plan suave» y melódico que queremos mantener siempre en esta sección….. música para la digestión.

Y en homenaje a uno de los más grandes, el genial B.B.King fallecido ayer tras una penosa diabetes, os dejamos como bonus-track King of Blues, una magnifica canción de colaboración grabada hace 9 años: el alumno contaba entonces con tan solo 27 años y el maestro con 80 primaveras nada más y nada menos….. música para la digestión

Jeff Rona es un veterano compositor americano de ascendencia europea (hijo mayor de emigrantes). Estudió arte, música y fotografía, convirtiéndose pronto en arreglista profesional y colaborador de los maestros Philips Glass y Hans Zimmer, con los que entró de lleno en el mundo de la música para el teatro y el cine. Su primer gran proyecto en solitario le llegó de la mano de Barry Levison, componiendo después para trabajos de Ridley Scott, Steven Spilberg, Jonathan Demme y Stephen Hopkins entre otros, con los que ha ganado numerosos premios. También hay que destacar que fue quien compuso el concierto de los Juegos Olimpicos de Beijing de 2008 y que ha colaborado en los últimos años con Brian Eno.

Fue él quien escogió a la cantautora Rachel Fannan, de la que os colgábamos ayer una bella canción, para poner voz a la canción más conocida de la banda sonora de la película Phantom, “una de submarinos” dirigida por Todd Robinson e interpretada magistralmente por Ed Harris.

Y como no hay dos sin tres, el trabajo de producción y montaje le fue encargado a Carmen Rizzo, el prolífico productor y DJ de Ohio, que puso también todo su talento musical.

El resultado: An Ocean Away, una magnífica canción…… música para la digestión

Seguimos en busca del contraste…. de lo muy conocido y de lo casi desconocido…. bucear en internet en una continua búsqueda de algo que sacie nuestro apetito de bellos sonidos es apasionante.

Esta chica aunque nada entre los pocos conocidos a mi me parece que es un talento dormido que espera su gran oportunidad, con una voz y una forma de interpretar única que recuerda a los de los años sesenta. Se trata de Rachel Fannan, una joven cantautora y multi-instrumentista americana que inicio su carrera en solitario en 2010 tras abandonar de forma imprevista al grupo californiano de rock psicodélico Sleepy Sun. La ruptura, según ella misma cuenta, se debió a un trato desigual y machista por parte de los integrantes masculinos y tan traumática fue la separación que el grupo estuvo dos años en barbecho y a punto de la completa desaparición. Ella mientras tanto ha seguido una desigual carrera en solitario de la que esperamos canciones tan bellas como Thank You….. música para la digestión.

Philips Glass es uno de los máximos representantes de lo que en en los años ochenta y noventa se llamó música minimalista. Nacido en Baltimore hace 78 años es uno de los mejores pianistas-compositores de todos los tiempos.

Pero sus inicios, como los de otros músicos, no fue nada fácil, ya que su obsesión por encontrar un estilo propio a finales de los años setenta le hace pasar hambre y aunque comienza a tocar en salas de arte y ambientes underground, se gana realmente la vida vendiendo electrodomésticos y conduciendo un taxi.

Sus primeros escarceos con la fama les llega en los ochenta de la mano de Mike Oldfield, colaborando en su obra maestra Platinum, posteriormente le llegan propuestas de cine como las de Coppola. Pero en los años noventa llego su consagración con la creación de óperas como Cristobal Colon y Vasco de Gama.

A partir de entonces su música se aleja cada vez del minimalismo pasando a ser cada vez más comercial, pero siempre guardando la misma vena creativa, destacando entre sus últimos trabajos la Séptima Sinfonía Tolteca y la ópera Appomattox sobre la guerra civil norteamericana.

Mad Rush es una de su más conocidas piezas de la época minimalista.  Fue compuesta por Glass en 1979, siendo por primera vez tocada en 1981, curiosamente no en un piano sino en el órgano de la catedral de San Juan el Divino de Nueva York, durante el primer discurso del Dalai Lama en la ciudad de los rascacielos. La grabación final de la pieza en piano, tal y como la conocemos, se realizó para el álbum Solo Piano que se publico en 1989 (10 años después de su creación)….. música para la digestión