Esta es la versión actualizada de una de las míticas canciones del veterano californiano Chris Isaak.

Parra for Cuva es el nombre artístico de un productor y DJ alemán llamado Nicolas Demuth, una joven promesa músical del momento que comenzó a tocar con 11 años piezas de música clásica en su adolescencia se cultivo en el jazz y con 22 años lanzó sus primeros trabajos poperos acompañado de una también joven vocalista de su ciudad natal llamada Anna Naklab.

Aunque como es habitual, la canción original es insuperable. Pero esta versión me parece de lo más interesante porque le da un aire más actual y menos empalagoso, revitalizando el rockabilly tristón de Isaak. Los teclados y la caja de ritmos de Demuth, y la vitalista voz de Naklab, hacen posible el milagro….. música para la digestión.

Hoy traemos una magnífica pieza musical que nos sorprende no solo por lo que transmite cuando la escuchas sino por como se ha construido, lo que la convierte en una gran obra maestra (con permiso de los puritanos musicales).

Nos referimos a la canción que cierra el inquietante thriller psicológico Shutter Island (2010) de Martin Scorsese, protagonizado de forma magistral por Leonardo di Caprio y que nace del talento de Robbie Robertson, un músico y compositor canadiense que colabora habitualmente con Scorsese desde el rodaje de The Last Waltz (1976).

En realidad ninguna de las piezas musicales de esta película son originales, sino curiosas remezclas de autores que incluso nunca se conocieron y esta canción nace de igual forma. En ella anglo-alemán Max Richter pone la música con On the Nature of Daylight, una fría obra minimalista compuesta en 2004, y la cantante americana Dinah Washington pone su voz con This Bitter Earth, una bella melodía de 1960. Pero lo más sorprendente es que ninguno de los dos realmente se ha llegado a conocer ya que Ritchter nació en 1966 y Dinah murió en 1963, justo 3 años antes. Sin embargo Robertson es capaz de coger dos canciones tan dispares y unirlas, creando una pieza musical totalmente nueva….. música para la digestión.

Conjure One nace en hace 13 años en Vancouver. Este proyecto musical lo encabezan Rhys Fulber (canadiense, fundador de Delirium) y Bill Leeb (austriaco, fundador de Front Line Assembly). Ambos son músicos y productores de gran prestigio que en su madurez musical quieren enfocar su talento hacía el trip-hop y la electrónica condimentando la pócima con claros toques de new-age y chill-out.

La canción que hoy os presentamos, Center of the Sun, es su primer sencillo, comercializado en 2003 y que fue usado para la película X-men 2. Hoy no obstante os lo presentamos ilustrando un espectacular video montado por el alemán Festus24 con una bellísimas imágenes rodadas en las antípodas (Australia y Nueva Zelanda).

La voz la pone Poe, una veterana cantante neoyorkina con cálidos y melancólicos timbres vocales. El remix, que todo hay que decirlo, es del DJ Rich Mowatt, más conocido como Solarstone,  un productor inglés que enfoca siempre su música desde un estilo muy digestivo como es el pure-trance, es decir…… música para la digestión.

El griego Thomas Kosidis es el creador de Blue Pilots Project.

Su conceptual proyecto musical no aparece por casualidad y solo lo hace tras una exquisita formación en el conservatorio de Tesalónica, su ciudad natal, donde estudia clásica y experimenta la música psicodélica y sinfónica.

Tras unos primeros pasos con música analógica (piano, percusión y guitarra acústica) en 2007 y con los 35 años cumplidos, decide que su futuro está en el sonido digital de los teclados: electrónica, downtempo y trip-hop.

Millions Clouds, forma parte de su segundo disco, editado en 2009 y es un magnífico ejemplo para entender la proyección que ha tenido su música……. música para la digestión.

Existen canciones que son auténticas obras maestras, pero que pasan desapercibidas para el público en general y que para la crítica nunca escalarán en las listas de popularidad musical.

Gem es un claro ejemplo de esto que digo; sin embargo es música fluida e increíblemente melódica, íntima, bella, progresiva y sobre todo única . Esta canción es sin duda una auténtica obra maestra, compuesta e interpretada de una forma única e irrepetible por uno de los mejores guitarristas de todos los tiempos: Eric Johnson, un músico como «la copa de un pino», perfeccionista pero a la vez humilde y sencillo, tímido, que huye de las multitudes y grandes escenarios…. un músico de culto.