La integridad de la flora bacteriana intestinal, su composición y la interacción de ésta con su entorno, condiciona sin duda muchas de las enfermedades intestinales y se cree que es responsable de buena parte de lo que conocemos como patología funcional digestiva (fundamentalmente el síndrome de intestino irritable y el sobrecrecimiento bacteriano).
La leche materna promueve el crecimiento de una flora intestinal beneficiosa desde el nacimiento, muy diferente a las de las fórmulas infantiles, ayudando a proteger a los lactantes contra infecciones y enfermedades.
Eso es lo que demuestra un estudio desarrollado por el Dr William Parker, profesor asociado de cirugía de la Universidad de Duke (EEUU), y publicado en la edición de agosto de la revista Current Nutrition & Food Science.
Estudios anteriores también habían demostrado que la leche materna reduce la incidencia de infecciones intestinales y respiratorias, al tiempo que protege contra el desarrollo de posteriores alergias, incluso se ha postulado que la diabetes mellitus tipo I, la esclerosis múltiple o la celiaquía, aunque no hay estudios concluyentes en el síndrome de intestino irritable.
En su estudio, los investigadores de Duke, cultivaron bacterias en muestras de preparados para lactantes, leche de vaca y leche materna. Para la fórmula infantil, los investigadores utilizaron tres de las marcas más populares y leche a base de soja, y se compró además leche entera de la tienda de comestibles. La leche materna fue donada y procesada para separar diferentes componentes, incluyendo proteínas, grasas e hidratos de carbono. También se probó una forma purificada de Ig A secretora, (SIgA), que es abundante en la leche materna y ayuda a establecer el sistema inmunológico del bebé.
La leche materna, las fórmulas infantiles, los productos lácteos del supermecado y el concentrado de SIgA, se incubaron con dos cepas de la bacteria E. coli, elegida por ser ésta uno de los primeros pobladores intestinales.
En la leche materna, las bacterias se adherían entre sí, para formar biofilms (capas delgadas, adherentes de bacterias que sirven de escudo contra los patógenos y las infecciones). Las bacterias en la fórmula infantil y la leche de vaca proliferaban ampliamente, pero crecían como organismos individuales que no se agregan para formar una barrera protectora. Las bacterias en concentrados con SIgA mostraban resultados mixtos, lo que sugiere que estos anticuerpos por sí solos no son suficientes para desencadenar la formación de biofilms protectores.
Según el autor «saber cómo la leche materna transmite sus beneficios, podría ayudar en el desarrollo de fórmulas infantiles que imiten mejor a la naturaleza, lo que podría tener un efecto a largo plazo sobre la salud de los niños que, por diversas razones, no pueden recibir leche materna».
El año pasado se publicó otro estudio dirigido por el Dr Chichlowski de la Universidad de California en la que se valoraba que un alto contenido de oligosacáridos complejos presentes en la leche humana, era la causa de un desarrollo de flora intestinal beneficiosa consumidora de éstos, constituida por bifidobacterias. Este grupo de trabajo también habla de una clara aplicación de estos hallazgos para apoyar la lactancia materna o en su defecto nuevas reformulaciones comerciales de la leche infantil.
Fuentes de información de la noticia:
– http://www.annualreviews.org/doi/abs/10.1146/annurev-food-022510-133743